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Autoinmunidad en la ELA: un nuevo componente identificado por primera vez en una enfermedad muy compleja

El 1 de octubre de este año se publicó en la revista Nature un artículo del Dr. T. Michaelis del Centro para la Autoinmunidad y la Inflamación, que forma parte del Instituto de Inmunología de La Jolla, California, Estados Unidos. Este artículo se titula: “Respuesta autoinmune a la proteína C9orf72 en la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA)”. El artículo es tan interesante como denso y debe leerse con calma para captar todos los matices. A continuación explicaré de forma sencilla y divulgativa qué han encontrado en este trabajo y qué implicaciones indican los autores que podría tener en el futuro.

Antes de comenzar con la explicación, sin embargo, quisiera hacer una parada en el camino para reflexionar sobre cómo se divulgó esta noticia por los medios de comunicación. Como he dicho, el artículo tiene matices, al igual que el lenguaje, y modificar algunas palabras de una frase puede hacer que su sentido cambie totalmente. En este sentido, algunos medios de comunicación publicaron titulares que podrían dar lugar a malentendidos, mientras que otros directamente escribieron titulares sensacionalistas que sacaban totalmente de contexto lo que se explica en el artículo. He clasificado los titulares en tres grupos para hacer más visible este hecho, siendo los sensacionalistas los mayoritarios:

  • Titulares fieles a la información del artículo:
    • “La ELA parece tener un componente autoinmune” de la agencia EFE y publicado por Swissinfo y por el Diario de León.
    • “La ELA podría tener un componente autoinmune” publicado por la Asociación ELA Andalucía.
  • Titulares que, aunque correctos, pueden dar lugar a malentendidos:
    • “Hallan pruebas de que la ELA actúa como una enfermedad autoinmune, lo que abre una vía a posibles nuevos tratamientos” publicado por ElDiario.es.
    • “Descubierta por primera vez una proteína que causa una reacción autoinmune en la ELA” publicado por La Vanguardia.
  • Titulares sensacionalistas que sacan el artículo de contexto:
    • “Descubren que la ELA es una enfermedad autoinmune” publicado por La Razón.
    • “Un estudio sugiere que la ELA es una enfermedad del sistema inmunológico” publicado por ABC.
    • “La ELA, ¿otra patología autoinmune? Científicos apuntan a un cambio de paradigma” publicado por El Confidencial.
    • “Un estudio desvela que la ELA es una enfermedad autoinmune y abre la puerta a nuevos tratamientos” publicado por Telecinco.

Todos entendemos que los titulares de los artículos deben llamar la atención para que la gente quiera leer, pero en ciencia hay que ir con mucho cuidado con lo que se afirma, ya que muchas veces las cosas son demasiado complejas para resumirlas en una sola frase. Desde aquí quisiera encorajar a quienes escriben las noticias a tener más precaución con los titulares, dado que pueden tener una repercusión importante en la sociedad. Por otra parte, quiero animar a todos a ir más allá del titular y leer las noticias completas, aunque sea de forma rápida y en diagonal, ya que así será más complicado que nos induzcan a error.

Ahora sí, centrándonos en el artículo científico publicado por el Dr. T. Michaelis et al., sabemos que la inflamación es un proceso característico en las regiones afectadas por las enfermedades neurodegenerativas. Diversos estudios previos ya habían sugerido una participación del sistema inmune en la ELA, pero ninguno había identificado hasta ahora un autoantígeno claro como el que describe este trabajo. La hipótesis de la que parten los autores es que los linfocitos T, un tipo de célula defensiva que patrulla buscando posibles amenazas, podrían contribuir a la rápida pérdida de neuronas en la ELA al reconocer algún elemento propio.

El hecho de que una célula del sistema inmune reconozca una molécula propia del mismo organismo no implica necesariamente una enfermedad autoinmune. Este fenómeno se denomina autoinmunidad, pero para que una enfermedad sea considerada autoinmune, ese reconocimiento y la respuesta resultante deben ser la causa principal de la patología. En varias enfermedades se pueden observar respuestas autoinmunes como un elemento más de la patología, sin que eso signifique que la enfermedad sea, en esencia, autoinmune. Esta distinción es fundamental para entender el trabajo publicado.

Para comprobar su hipótesis, los autores analizaron muestras de sangre (PBMC) de 40 personas con ELA y 28 controles sanos; expandieron en el laboratorio las células raras y, después de reestimularlas con fragmentos de proteínas, midieron la secreción de IFNγ, IL-5 e IL-10 mediante diversos ensayos.

En este estudio observaron que los diferentes tipos de linfocitos T se encontraban en distintas proporciones en pacientes con ELA al comparar los perfiles de las células sanguíneas con muestras control. Cuando expusieron estas células a fragmentos de proteínas muy importantes en la ELA, como TDP-43 o SOD1, no observaron que las células de los pacientes reaccionaran más que las de los controles. En cambio, los linfocitos T de pacientes con ELA sí reaccionaron significativamente más al estar expuestos a fragmentos de la proteína C9orf72.

Para entender la respuesta que daban las células, midieron tres moléculas: una pro-inflamatoria (IFNγ), una antiinflamatoria (IL-5) y otra que, según el contexto, es pro- o antiinflamatoria (IL-10). Curiosamente, en pacientes con ELA había más pacientes que tenían una respuesta antiinflamatoria donde las moléculas que más aumentaban eran IL-5 o IL-10 (68,4% combinando ambas respuestas), mientras que en los controles la respuesta proinflamatoria de IFNγ era mayoritaria (54,9%). Además, este tipo de respuesta parece ser específica de la ELA, ya que las células de pacientes con Alzheimer o Parkinson no muestran la misma polarización; en esos dos casos, la respuesta frente a C9orf72 fue principalmente proinflamatoria mediada por IFNγ.

Cabe tener presente, sin embargo, que la IL-10 tiene doble cara: puede modular la inflamación de manera protectora, pero también puede inhibir respuestas inmunitarias necesarias en determinados contextos. Por ello, la presencia de una respuesta IL-10 no implica que sea siempre antiinflamatoria, pero considerando el tipo celular y el contexto, a priori podríamos relacionar más esta respuesta con la de la IL-5 que con la de la IFNγ.

Otro punto interesante del artículo es respecto a los pacientes que tienen variantes genéticas en C9orf72, el gen afectado en la mayoría de pacientes (~40% de los casos) que presentan ELA familiar en Europa, que representan un 5-10% de los casos totales. Estos pacientes tenían significativamente una mayor reacción autoinmune mediada por las moléculas antiinflamatorias (IL-5 e IL-10), mientras que no había una diferencia significativa en cuanto a la respuesta proinflamatoria (IFNγ).

Para terminar con los resultados del artículo, también hallaron que los pacientes que, según un modelo predictivo, tienen un tiempo de supervivencia más prolongado presentan niveles significativamente más altos de la respuesta mediada por la IL-10, muy probablemente gracias a su función antiinflamatoria.

En resumen, en el artículo se ha identificado un elemento que da lugar a una respuesta inmunitaria que podría influir en la progresión de los pacientes y que podría estar presente desde las fases iniciales de la enfermedad, aunque en principio nada demuestra que pueda ser la causa. Hay tanto respuesta proinflamatoria como antiinflamatoria, siendo esta segunda mayoría en pacientes con ELA. Esto indica que la respuesta inmune no tiene por qué ser necesariamente perjudicial. Los autores plantean la hipótesis de que, al inicio de la enfermedad, la respuesta podría ser protectora (antiinflamatoria) y que posteriormente podría virar hacia una respuesta proinflamatoria que acelera la progresión y contribuye a la muerte de neuronas y oligodendrocitos debido a la alteración del equilibrio inflamatorio. Aun así, estas son hipótesis que requieren comprobación experimental y mecanismo adicional.

Este estudio abre nuevas líneas de investigación —mecanismos, vías y tipos celulares implicados— y plantea la posibilidad teórica de estrategias terapéuticas específicas basadas en la modulación de respuestas específicas de ciertos subgrupos de linfocitos T. Pero cabe recordar que se trata de pistas iniciales: la traducción de estos hallazgos a tratamientos efectivos requerirá datos mecanísticos sólidos y ensayos clínicos rigurosos.traducció d’aquestes troballes a tractaments efectius requerirà dades mecanístiques sòlides i assajos clínics rigorosos.

Pol Mengod Soler

Investigador Predoctoral al grup de Neurogenètica i Malalties Neurològiques del Centre d’Investigació Biomèdica de Bellvitge.

Referències:

  1. Tanner Michaelis, Cecilia S Lindestam Arlehamn, Emil Johansson, April Frazier, James D Berry, Merit Cudkowicz, Namita A Goyal, Christina Fournier, Allison Snyder, Justin Y Kwan, Jody Crook, Elizabeth J Phillips, Simon A Mallal, John Ravits, Karen S Marder, John Sidney, David Sulzer, Alessandro Sette. Autoimmune response to C9orf72 protein in amyotrophic lateral sclerosis. Nature. 2025 Oct 1. [Epub ahead of print]. doi:10.1038/s41586-025-09588-6. PubMed PMID: 41034581.
  2. Swissinfo (Suiza)
    Agencia EFE. La ELA parece tener un componente autoinmune. Swissinfo [Internet]. 2025 oct 1 [citado 2025 oct 9]; Disponible en: https://www.swissinfo.ch/spa/la-ela-parece-tener-un-componente-autoinmune/90099939
  3. Diario de León (España)
    Agencia EFE. La ELA puede tener un componente autoinmune. Diario de León [Internet]. 2025 oct 1 [citado 2025 oct 9]; Disponible en: https://www.diariodeleon.es/sociedad/251001/2061551/ela-componente-autoinmune.html
  4. ELA Andalucía
    Asociación ELA Andalucía. La ELA podría tener un componente autoinmune [Internet]. 2025 oct 1 [citado 2025 oct 9]. Disponible en: https://www.elaandalucia.es/la-ela-podria-tener-un-componente-autoinmune/
  5. ElDiario.es
    Hallan pruebas de que la ELA actúa como enfermedad autoinmune. ElDiario.es [Internet]. 2025 oct 1 [citado 2025 oct 9]. Disponible en: https://www.eldiario.es/sociedad/hallan-pruebas-ela-actua-enfermedad-autoinmune-abre-via-posibles-nuevos-tratamientos_1_12647508.html
  6. La Vanguardia
    Descubierta por primera vez proteína causa reacción autoinmune en ELA. La Vanguardia [Internet]. 2025 oct 1 [citado 2025 oct 9]. Disponible en: https://www.lavanguardia.com/ciencia/20251001/11115586/descubierta-primera-vez-proteina-causa-reaccion-autoinmune-ela.html
  7. La Razón
    Descubren que ELA es enfermedad autoinmune. La Razón [Internet]. 2025 oct 1 [citado 2025 oct 9]. Disponible en: https://www.larazon.es/salud/descubren-que-ela-enfermedad-autoinmune_2025100168dd23cc771e4a2d53269c65.html?outputType=amp
  8. ABC
    Estudio sugiere que ELA es una enfermedad del sistema inmunológico. ABC [Internet]. 2025 oct 1 [citado 2025 oct 9]. Disponible en: https://www.abc.es/salud/enfermedades/estudio-sugiere-ela-enfermedad-sistema-inmunologico-20251001140130-nt.html
  9. El Confidencial
    La ELA, ¿otra patología autoinmune? El Confidencial [Internet]. 1 oct 2025 [citado 2025 oct 9]. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/salud/2025-10-01/la-ela-otra-enfermedad-autoinmune_4219958/
  10. Telecinco
    Estudio afirma que ELA es enfermedad autoinmune, abre nuevas vías terapéuticas. Telecinco Noticias [Internet]. 2025 oct 1 [citado 2025 oct 9]. Disponible en: https://www.telecinco.es/noticias/salud/20251001/estudio-ela-enfermedad-autoinmune-nuevos-tratamientos_18_016746841.html
  11. National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine. Chapter 2: Background on Autoimmune Diseases. In: Enhancing NIH Research on Autoimmune Disease. Washington (DC): National Academies Press (US); 2022. doi:10.17226/26554. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK605884/
  12. Iacoangeli A, Al Khleifat A, Jones AR, Sproviero W, Shatunov A, Opie-Martin S, Alzheimer’s Disease Neuroimaging Initiative, Morrison KE, Shaw PJ, Shaw CE, Fogh I, Dobson RJ, Newhouse SJ, Al-Chalabi A. C9orf72 intermediate expansions of 24–30 repeats are associated with ALS. Acta Neuropathol Commun. 2019 Jul 17;7(1):115. doi:10.1186/s40478-019-0724-4.

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