Cuando se acerca el verano es inevitable relacionarlo con una época ideal para hacer vacaciones. Quizás nos podemos imaginar una escapada en un entorno un poco lejos, ir un dia a la playa, pasar con la familia unas vacaciones en un hotel, etc. Pero, la situación puede cambiar cuando en la familiar hay una persona afectada por la ELA o una enfermedad de la motoneurona, llegando a plantearse si hacerlas o no. En este momento quizás es adecuado plantearse que, más que unas vacaciones en sí, quizás se puedan buscar diversas alternativas que nos ayuden a romper con la rutina, cualquiera puede ser buena.
¿De qué manera podemos romper con nuestra rutina? Podemos hacer una pequeña salida por la mañana o pasar un dia fuera, irnos un fin de semana, etc. Lo importante aquí es escucharnos y pensar en que necesitamos, qué nos apetece y qué podemos hacer.
Pero, ante esta decisión, nos pueden surgir diferentes sentimientos como incertidumbre, preocupación o sensación de pérdida de control debido a no saber con qué nos podemos encontrar. Actualmente, contamos con lugares adaptados para las personas que van con silla de ruedas o necesitan el espacio adaptado, eso sí, siempre nos tendremos que asegurar con anticipación para prevenir sorpresas de última hora.
Podemos optar por conocer sitios nuevos, pero también puede ser una buena opción pensar en vacaciones anteriores o como nos acostumbrábamos a relajar del dia a dia, para retomar aquellas opciones y ver cuáles son viables actualmente. A veces hay entornos y lugares que nos gusta ir habitualmente, son especiales para nosotros. Optar por una opción conocida nos puede ayudar a prever los recursos y las opciones de las que dispone aquel espacio previamente, y de esta manera sentirnos más tranquilos con la opción escogida.
Está comprobado científicamente que tener estos momentos de desconexión es bueno para nuestra salud y tiene numerosas ventajas a nivel psicológico, aumentando nuestro sentimiento de bienestar. No podemos obviar que el hecho de cambiar de espacio nos ayuda a desconectar, a ilusionarnos y estar más relajados. También puede favorecer a la comunicación con los otros y nos ayuda a cargar un poco las pilas.
Como siempre, podéis contar con los profesionales de la Fundación Catalana de ELA Miquel Valls para asesoraros y daros apoyo en lo que necesitéis.
Departament de Psicologia de la Fundació Catalana d’ELA Miquel Valls, membres del Programa d’Atenció Integral a Persones amb malalties Avançades