Maria Glòria Vall es voluntaria de la Fundación Catalana de ELA Miquel Valls, actualmente está de voluntaria en el Hospital de Bellvitge, apoyando los días que hay Unidad Multidisciplinar a las personas afectadas y sus familias en todo lo que necesiten de mientras éstos esperan ser visitados por todos los especialistas que requiere de atención en la ELA.
- ¿Por qué quisiste ser voluntaria de la Fundación Catalana de ELA Miquel Valls?
Quise ser voluntaria de la Fundación en 2013 porque he tenido dentro de la familia un afectado por esta enfermedad, mi padre murió en 1998. En aquellos momentos, cuando tuvimos el diagnóstico fue muy difícil tener la información adecuada de cómo afrontar la enfermedad durante su evolución y saber a nivel psicológico, tanto por él como por nosotros, todo lo que implicaría.
Por todo ello, tenía una inquietud por poder ayudar, estar en contacto, por ir viendo en encuentros todo lo que se estaba haciendo para dar a conocer esta enfermedad y atender a los enfermos y familiares.
- Tú llevas a cabo la modalidad de voluntariado hospitalario, explícanos en qué consiste y qué haces.
Mi voluntariado consiste en dar un apoyo y ayudar a la trabajadora social de la Fundación los viernes por la mañana que es uno de los dos días que la Unidad Multidisciplinaria del Hospital Bellvitge atiende a las personas afectadas. Ellos y sus familiares deben ser visitados por todos los especialistas durante toda la mañana y eso significa estar largos ratos en la sala de espera.
Por un lado, mi tarea es hablar con ellos, preguntarles si necesitan algo en concreto o tienen alguna duda y hacer de enlace con la trabajadora social o si es necesario con algunos profesionales de la Unidad. Por otra parte, escuchar a los afectados o familiares que quieren explicarse y estar a su lado. Con bastantes de ellos, al ser las visitas periódicas cada 3 meses, ya nos conocemos y personalmente me alegra reencontrarlos y hablar tranquilamente.
En el caso de las primeras visitas, es un momento delicado y de incertidumbre tanto para los afectados como familiares. Entonces es importante que ellos en la sala de espera tenga un referente. Me presento y les digo que soy voluntaria y que hago de enlace de la trabajadora social, que después les atenderá personalmente y les informará de todo lo necesario.
Les explico cómo funciona la Unidad: que las visitas requieren su tiempo en cada especialista y que el funcionamiento requiere su tiempo. Si me hacen alguna pregunta en concreto les respondo. Los familiares o acompañantes son los que en estos momentos necesitan tener algo más de información.
Personalmente, cuando salgo los viernes estoy agradecida de poder realizar este voluntariado. De compartir y conocer la gran labor que están realizando todo el equipo de profesionales del Hospital Bellvitge, así como la trabajadora social, la terapeuta ocupacional y la psicóloga de la Fundación. Y ver que actualmente con la enfermedad de la ELA se ha avanzado y se sigue en esta línea para mejorar la calidad de vida de todas las personas directamente afectadas.
- ¿Qué cualidades crees que debe tener un voluntario que quisiera realizar una tarea como la que estás haciendo tú?
Personalmente creo que ante todo debe haber una actitud de servicio, de generosidad y de respeto hacia los afectados, familiares y acompañantes.
Tener una sensibilidad para escuchar y atender a las personas.
Tener capacidad para gestionar emocionalmente las vivencias y situaciones difíciles que surgen.
Tener empatía para saber cómo debes tratar a las personas afectadas y a sus familiares.
- ¿Por qué crees que es importante el voluntariado en las entidades como la nuestra?
El voluntariado es importante y necesario porque las entidades necesitan ayuda para poder llevar a cabo sus objetivos.
Hoy en día muchas prestaciones y ayudas que necesitan los enfermos todavía no están cubiertas por la administración pública. Esto hace que las entidades tengan que recurrir al voluntariado.