Ya es diciembre y las luces de las calles y la decoración navideña de los escaparates de las tiendas nos recuerdan constantemente que se acercan las fiestas de Navidad. Para muchas personas son motivo de encuentros familiares, esperadas con ilusión y alegría, pero para aquellas personas que han sufrido la muerte de un ser querido les resulta difícil compartir esta vivencia, ya que predomina el sufrimiento y se despiertan los sentimientos de aflicción, nostalgia e incomprensión. Así pues, ¿cómo podemos celebrar la Navidad sin la persona amada?
Basándonos en la conferencia que impartió Alba Payàs en el Servicio de Apoyo al Duelo de Girona en 2001, sabemos que hay personas que, ante esta pregunta, optan por responder con su antítesis: suprimir la Navidad para evitar sentir el dolor que supone pensar en la organización de la celebración. Tomar esta decisión los conduce a contemplar otras alternativas, como por ejemplo irse de viaje. Aunque puede resultar una opción confortable en un primer momento, sabemos que huir de la situación no la resuelve de por sí, ya que evitar el dolor emocional conlleva que emerja y crezca con el tiempo y que se convierta en un hábito de evitación.
Otras familias procuran continuar celebrando las fiestas de Navidad con una aparente normalidad, escondiendo el dolor «haciendo ver que están bien», lo cual tiene la función de protección y se conoce como la «máscara del duelo». Los familiares terminan comprometiéndose, de manera implícita, en la negación o evitación del dolor, y aprenden a vivirlo en soledad. En este caso, los sentimientos encubiertos también acaban saliendo de forma distorsionada, lo que genera el incremento de los sentimientos de inadecuación, aislamiento y ansiedad.
Evitar o negar nuestras emociones nos puede acarrear consecuencias físicas y emocionales, como problemas psicosomáticos, trastornos del sueño y afectivos.
Entonces, ¿Cómo podemos gestionar el dolor de la pérdida en estas fechas? Siguiendo a Payàs (2001), una opción adaptativa es construir una nueva Navidad, eliminando lo que nos resulta perjudicial y creando una nueva manera de vivir estas fiestas.
- Haciendo una reunión familiar antes de que lleguen las fechas: convocad a todos los familiares, incluidos los niños, para hablar de cómo afrontar estas fiestas. Habla abiertamente de lo que cada uno de vosotros siente y desea estos días, favoreciendo un espacio de expresión emocional.
- Repasar los rituales de su familia: dejad que cada uno exprese lo que siente y piensa en relación al pesebre, el árbol de Navidad, las comidas, el regalo y las celebraciones de Navidad, Reyes y Fin de año, escucharos mutuamente y pactad lo que puede hacer o modificar y compartir.
- Buscar una manera simbólica de recordar a la persona amada durante las fiestas: cread una manera, un espacio o tiempo específico para rememorar. Por ejemplo, dejando un tiempo adecuado antes de las comidas o de abrir los regalos, compartiendo lo que hacía tan especial esta persona.
- Habla de las cosas que haréis con los niños: tened en cuenta a los niños, compartir nuestras emociones con ellos promueve que los enseñamos que el dolor es soportable si se puede compartir en un entorno cálido y de confianza.
A veces nos puede resultar difícil compartir nuestro malestar. Sin embargo, sabemos que reconocer la necesidad de evitarlo y negarlo nos permite identificar la forma en que podemos responder, fomentando un espacio de confianza, de respeto y de seguridad. Las lágrimas de emoción ante una pérdida de un ser querido es la manifestación más natural de amor que tenemos los seres humanos: una muestra de la que hemos querido y de que echamos de menos ese amor, de qué nos importa lo que ha sucedido y necesitamos expresarlo. En caso de desbordamiento emocional, simplemente podemos mostrar nuestro afecto, favoreciendo la proximidad.
El equipo de la Fundación Miquel Valls aprovechamos para desearos unas felices fiestas y una buena entrada de año.
Bibliografia:
Payàs, A. (2001). Es Navidad… y en casa hay una silla vacía. Consejos para afrontar la navidad para familias en duelo. A San Juan de Dios. Recuperado de http://www.hospital-sanjuandedios.es/upload/cuidando/doc/es_navidad_y_hay_una_silla_vacia.pdf